Guía completa sobre cómo no quedarte nunca sin cosas que decir en una cita en 2024

No hay nada de qué preocuparse si ninguno de los dos habéis dicho nada durante un rato. El silencio es parte integrante de la conversación. Dejarlo que ocurra hará que el diálogo de ida y vuelta sea mucho más fluido.

Piénsalo así: no existe el silencio incómodo. Que sea un silencio incómodo depende de ti y/o de la otra persona. Si insistes en sentirte cómodo, podrás persuadir a la otra persona para que también se sienta cómoda.

Vale, a veces sí que hay silencios incómodos. Inevitables. Lo bueno de los silencios incómodos es que puedes hacer que trabajen para ti. Inclínate un poco hacia ellos. Tómate un momento para respirar y recordar que eso no importa. Toma conciencia de ti mismo como alguien que simplemente se está divirtiendo en una salida nocturna, entre cientos o miles de personas. Relaja un poco los músculos.

Con este "reinicio", puedes volver a hablar con energía y creatividad renovadas.

Nunca hagas estas cosas en respuesta a silencios incómodos:

1. Nunca los señales

2. No trates de evitarlos rellenando los espacios vacíos

3. No los reprimas ni actúes como si no hubieran ocurrido

4. No sigas con el mismo tema/dirección de conversación que lo provocó

Si te obsesionas con cómo va la conversación, no estás abierto a una conversación auténtica.

Algunas personas hablan demasiado... y otras se pasan de la raya dejando que la otra persona cuente su vida. Esto matará la chispa por completo. Aunque sientas auténtica curiosidad, la conversación llegará a un callejón sin salida si dejas que esto ocurra. El interlocutor empezará a apasionarse por lo que está diciendo y pensará más en eso que en ti.

Nunca hagas más de tres preguntas seguidas y evita las preguntas de sí/no. Aquí es donde empieza a convertirse en una entrevista. Si has ofrecido dos preguntas interesantes y has obtenido respuestas detalladas, deja que llenen el silencio. Es su turno. Del mismo modo, haz que tus respuestas sean detalladas, pero breves. No entres en una historia que requiera mucho contexto.

No se trata de decir algo como: "la persona te considerará sumisa si escuchas demasiado o si estás de acuerdo con ella". Ése es un consejo tóxico. Te encontrarás con una depresión y un aislamiento más extremos de los que jamás hayas experimentado si conviertes esto en una prueba de masculinidad gigachad. Confía en nosotros.

Más bien, hay un toma y daca natural que ayuda a que se produzcan las conversaciones. Si alguien pierde interés, suele ser porque se ha perdido ese impulso y no sabe adónde ir a continuación; no es nada personal. Probablemente también se sientan mal e inadecuados. Puedes ganar confianza social dándote cuenta de que no es nada personal y considerándolo como un juego.

Cuando tienes confianza social, nunca te quedas sin cosas que decir. Así es como nunca te quedas sin cosas que decir en una cita, regla número uno.

Te habrás dado cuenta de que aún no hemos entrado en ningún tema de conversación. Esto se debe a que cada persona es diferente, cada una tiene estilos distintos de flirtear. Si estás hablando con alguien interesante, es porque ya compartís una forma de comunicaros. No necesitas cambiar mucho para mantenerla.

Las cosas podrían asfixiarse si mantienes una lista de temas a los que recurrir. ¿Hablas sólo por hablar, para no quedarte sin nada que decir? Esto puede envenenar tu química.

Probablemente habrás oído a mucha gente decir que la clave para atraer a la gente es hacer que se trate de ellos. A la gente le encanta hablar. Sin embargo, no deberías preguntarles sobre fútbol si ni siquiera conoces las reglas. Una "pregunta rutinaria" parecerá mucho menos rutinaria si tienes un interés personal en ella.

Hay algunas cosas que es absolutamente necesario preguntar en la primera cita, en la segunda y más allá. Estas preguntas son lo bastante importantes como para interrumpir la química:

1. ¿A qué te dedicas?
2. ¿Cuáles son tus planes para los próximos años?
3. ¿Con qué frecuencia ves a tu mejor amigo o mejores amigos?
4. ¿Con qué frecuencia ves a tus padres?
5. ¿Qué haces en tu tiempo libre?

No hay respuestas "incorrectas" a estas preguntas, y las respuestas te darán una valiosa comprensión de la otra persona y de sus valores. Si alguien evita responder a estas preguntas o aún no te ha hecho ninguna, es una señal de alarma.

Hay otras preguntas que también surgen en la mayoría de las citas. Esto es lo que pensamos de las básicas:

1. "¿Cuál es tu música favorita?" Muy acertada, ya que los gustos de cada uno son muy individuales.
2. "¿Cuál es tu comida favorita?" Una buena pregunta. Intenta que derive en otro tema. Pero no programes la siguiente cita en torno a su respuesta, porque puede parecer obvia y de mal gusto.
3. "¿Qué te parece el tiempo? No preguntes esto; ¡no estás intentando charlar con un compañero de trabajo!
4. "¿Eres madrugador o noctámbulo?" Otra gran pregunta a la que dedicar unos minutos.

Puede que la cita haya entrado realmente en modo pánico. Su lenguaje corporal está fuera de lugar, acabas de hacer accidentalmente la misma pregunta dos veces, te sientes como si realmente te hubieras quedado sin cosas que decir. Te has bloqueado mentalmente y te estás ahogando en la timidez. Tu mayor miedo.

Bueno, amigo mío, acabas de llegar a la zona de alto riesgo y alta recompensa. Está claro que necesitas sacudirte un poco las cosas. La gran noticia es que puedes hacer que esto te resulte divertido, así que, si no ha salido bien, ¡al menos te has divertido!

Este es el momento de ser audaz, utilizar el humor y presumir. Deja de sentirte rígido y sigue tus impulsos.

(Nota: éste no es el momento de llevar el contacto físico al siguiente nivel).

He aquí algunos ejemplos de lo que puedes hacer si te has quedado sin cosas que decir:

Haz una pregunta extraña o una broma para pillarles desprevenidos. "¿Preferirías tener doce dedos en las manos o ninguno en los pies?" "¿Preferirías visitar la Luna o la Fosa de las Marianas?". Algo aleatorio como esto animará un poco la conversación.

Interactúa con tu entorno. Digamos que estás paseando y ves un parque infantil. Puede que encandiles a tu cita si decides espontáneamente ponerle la mano en la parte superior de la espalda, decirle "¡venga!", y subirte al columpio. Pero asegúrate de que no resulte demasiado forzado.

Haz una pregunta MUY abierta. Una pregunta como "¿cuál es tu historia?" despertará la imaginación de la otra persona. Se divertirá imaginando cómo responder a la pregunta.